Cómo restaurar puertas de madera de manera efectiva
Con el paso del tiempo, las puertas de madera van perdiendo su color y sufren pequeños impactos que van deteriorándolas poco a poco. Aunque la madera es, sin duda, un material noble, tan bien es cierto que requiere cierto mantenimiento periódico y que se ve afectado por la humedad y el agua. Por ello en muchas casas nuevas se está optando por otros materiales más resistentes y con una larga vida útil, la mayoría fabricados con algún termoplástico. Si somos fieles a la madera, tenemos una puerta con un especial valor, o simplemente no queremos afrontar el coste de reemplazarlas, podemos restaurar puertas de madera de manera sencilla y sin incurrir en un gran desembolso económico.
Restaurar puertas de madera en 4 pasos
Restaurar puertas es sencillo si se saben los pasos que deben darse y ofrece buenos resultados, aunque conviene recordar que es algo que hay que hacer de forma periódica.
1. Retira la pintura antigua
Aunque parece evidente, aún algunas personas pintan encima, directamente, de la antigua pintura, lo que se convierte en una garantía de un acabado defectuoso y de una mala restauración. En primer lugar deben quitarse de la puerta, con cuidado de no dejar marcas, todos los herrajes (picaporte, cerradura y bisagras…). Podemos elegir entre varias técnicas para quitar la pintura antigua, como aplicar abrasivos, usar decapantes químicos o utilizar sistemas de calor, llamados ‘térmicos’. Éstos últimos son los más recomendables porque son los más seguros, al evitar la toxicidad de los abrasivos por inhalación, y porque además ofrecen grandes resultados. El sistema consiste en aplicar calor con una pistola de aire, de tal forma que la pintura se va retirando ella sola al contacto con el calor. Ayudándonos con una espátula podremos separarla sin dificultad.
2. El lijado
Para conseguir que la superficie de la puerta que vamos a pintar sea uniforme y lisa, y para retirar además los restos de la anterior pintura, lijaremos la madera. Con una lija fina o de tamaño medio, dejaremos la puerta lista para la nueva pintura que hayamos elegido. Una lija triangular nos puede venir bien para algunos ángulos de acceso complicado.
3. Corregir imperfecciones
A la hora de restaurar puertas de madera es importante fijarnos en si la puerta presenta algún pequeño orificios o grietas, que aprovecharemos a arreglar para que la restauración sea completa. Con masilla de resina sintética, que podemos comprar en cualquier ferretería, lo solucionaremos. Solo debemos aplicarla en cada punto y dejar que se seque para después lijarla. Eso sí, no olvides comprar la masilla del mismo color que la nueva pintura de la madera.
4. Varias manos de pintura
Una duda común que suele aparecer a la hora de restaurar puertas de madera es la de cuántas manos de pintura son necesarias para obtener un buen resultado. Aunque depende de la tonalidad que busquemos, salvo casos excepcionales con 2 ó 3 capas será suficiente. Eso sí, debemos asegurarnos de que antes de aplicarla hayamos puesto en la puerta dos cosas; por una parte, una capa de preservador de madera y por otra, un sellador, que asegurará que la pintura quede bien adherida.
Productos para proteger la madera
El lugar en el que se encuentre la puerta (interior o exterior), su exposición al sol y la calidad de su madera influirán directamente en su deterioro. Para proteger la madera manteniendo su buen estado podemos optar por tres productos. Se trata del barniz, el aceite y los protectores decorativos. El primero, muy usado en interiores, protege bien la madera, pero tiene el inconveniente de que se puede agrietar. Los aceites se suelen aplicar periódicamente con el fin de nutrir la madera. Los protectores decorativos, por su parte, no se cuartean y resguardan bien tanto del efecto de la luz de sol como del agua y de los rayos UV del sol. Penetran en la madera y ofrecen un acabado natural.