Evita accidentes eléctricos planificando tu instalación eléctrica
Para proteger a las personas que viven en casa de los posibles peligros de la electricidad, una instalación eléctrica debería tener en cuenta ciertos requisitos de seguridad.
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Para proteger a las personas que viven en casa de los posibles peligros de la electricidad, una instalación eléctrica debería tener en cuenta ciertos requisitos de seguridad.
El uso de aparatos eléctricos en el hogar es algo sumamente frecuente, tanto por adultos como en algún caso por menores de edad e incluso niños pequeños.
Dada la peligrosidad que conlleva una mala utilización de las instalaciones eléctricas, es imprescindible que especialmente los niños se formen al respecto desde pequeños, y ello con el objetivo de prevenir los riesgos de la electricidad como el accidente eléctrico.
Parecería ilógico decir que en el hogar existen riesgos, cuando la mayor parte de los seres humanos consideramos a nuestro hogar como el lugar más seguro en el que una persona puede estar; pero la verdad es que en el hogar es posible e incluso habitual que ocurran ciertos accidentes si no se toman las precauciones adecuadas.
Los enchufes y cables parecen tener una especie de imán para los más pequeños, especialmente cuando están en esa edad en que su forma de descubrir las cosas es tocándolas y investigándolas. Por mucho que intentemos impedir los accidentes eléctricos sólo tenemos un par de manos y es necesario adelantarse a los acontecimientos por otros medios.
Para protegerlos existen varias soluciones, algunas decorativas, otras que sirven para esconder elementos peligrosos. En definitiva, disponemos de una amplia variedad de productos que pueden mantener a los más pequeños lejos de los peligros más graves.
El niño puede sufrir una descarga eléctrica cuando su cuerpo entra en contacto, de forma directa o a través de un objeto metálico, con un conductor eléctrico. En general, las consecuencias del accidente eléctrico se limitan a un gran susto.
No obstante, en los casos más graves, el niño puede perder la consciencia y sufrir una reducción del flujo sanguíneo que los médicos llaman shock y que no hay que confundir con el susto. Además, si la descarga eléctrica es prolongada, el calor desarrollado por la corriente puede provocar una quemadura.
Desde que tienen meses de edad, los bebés hacen gala de sus facultades para satisfacer la curiosidad por el mundo que los rodea. Primero gatean, después cuando se afirman lo suficiente para caminar comienzan a recorrerlo todo sin entender de peligros. Entre el primer y segundo año de vida, el niño descubre la amplitud de gatear, rodar, caminar, escalar, sentarse, caer y levantarse, aumentando el riesgo de accidentes caseros.
Como explicamos en nuestro primer post para evitar los accidentes eléctricos en casa, uno de los riesgos principales con los que tu hijo se puede encontrar a la hora de realizar sus excursiones y exploraciones por la casa son los enchufes.