5 errores que no debes cometer al instalar un suelo radiante eléctrico
Instalar un sistema de calefacción por suelo radiante eléctrico puede ser una gran decisión para mantener nuestro hogar a una agradable temperatura durante todo el año, pero en especial en los meses de mayor frío. Cada vez son más las personas que disfrutan de sus ventajas, bien porque apostaron por este sistema cuando construyeron su vivienda, o bien porque han sustituido métodos de calefacción tradicionales por él.
¿Cuáles son las ventajas de un suelo radiante eléctrico?
En primer lugar, es una forma de disfrutar de un calor agradable de manera constante. El calor va de abajo hacia arriba, lo que significa que se distribuye de manera uniforme por las diferentes estancias de la vivienda y, a diferencia del calor que emana de los radiadores, no está sujeto a variaciones por los cambios en el aire.
Por otra parte, se trata de un sistema de calefacción eficiente desde el punto de vista energético, ya que emite calor de forma directa, sin necesidad de largas esperas. Al no contar con caldera, tuberías ni otros complejos sistemas, su funcionamiento es sencillo y rápido. El componente estético también juega a favor del suelo radiante eléctrico, ya que la instalación se realiza por debajo del suelo, sin la visibilidad que tienen los radiadores.
En cuanto a su instalación, se adapta tanto a nuevas viviendas como a otras que se rehabilitan, ya que es muy poco el espesor que se necesita para su instalación.
¿Cuáles son los errores más comunes durante su instalación?
Aunque, como te hemos dicho, la instalación es sencilla, conviene prestar atención en algunos puntos para evitar errores comunes.
1. Dejar poca distancia con la pared. Después de hacer en el suelo la roza que alberga el tubo corrugado por el que se coloca la sonda, ésta se corta y debe quedar al menos a 50 cm. de la pared. Además, no debería quedar en la parte ni inicial ni final de una de las láminas de plástico radiante que usaremos, sino que lo más aconsejable es lo que haga en el medio de ella.
2. Improvisar dónde colocaremos el termostato. Es importante decidir previamente al comienzo de la instalación dónde colocaremos el termostato, que quedará fijo con la ayuda de unos tacos y unos tirafondos. Lo ideal es un lugar de fácil acceso pero al mismo tiempo discreto. Si es detrás de una puerta, mejor que mejor.
3. Prescindir de las canaletas. Mediante unas canaletas llevaremos el cableado desde el propio suelo radiante hasta el termostato. Utilizar estos elementos, además de hacernos ganar en apariencia estética, tendrá una función preventiva, ya que recogerá los cables impidiendo posibles accidentes. Las canaletas se suelen adherir con adhesivo de montaje.
4. Olvidar la colocación de una manta aislante. Antes de colocar el plástico radiante es indispensable colocar en el suelo de la estancia una manta de tipo aislante. De esta manera se impide que el calor vaya hacia abajo. Se trata de un error que puede dar al traste con la instalación y hacer inútil el sistema de suelo radiante eléctrico.
5. No instalar el plástico de protección. Con la colocación de un plástico de protección sobre el plástico radiante se logra que la condensación que se puede dar cuando se emite calor desde el suelo pueda estropear el material que se haya elegido para taparlo. Esa humedad podría estropear las láminas, el parquet o el suelo que hayamos instalado, lo que obligaría a reemplazarlo.
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