Como hemos advertido en posts anteriores, si debemos o queremos cambiar elementos como retretes, bidés, lavabos, platos de ducha... y, sobre todo, si estos disponen de pie, lo más recomendable es instalarlos antes de colocar las baldosas del suelo.

Dicho esto, y teniendo en cuenta que también deberemos disponer, para cada caso, las respectivas tomas de agua y los desagües pertinentes (para lo cual nos remitimos una vez más a lo descrito para las instalaciones de agua en cocinas, ya que el procedimiento es muy similar para los cuartos de baño), procedamos a instalar nuestros nuevos y modernos componentes en el cuarto de baño que estamos reformando.

Este post trata sobre la instalación de componentes básicos en baños modernos. Si te interesa el tema, no dudes en descargar nuestra guía gratuita Cómo equipar y decorar con estilo baños y cocinas:

Consideraciones previas

Antes de proceder a la instalación, y en el momento de elegir qué elementos adquirir, podemos acudir al mercado de segunda mano para encontrar buenas ofertas. Es frecuente que, sobre todo negocios que cierran sus puertas, se deshagan de todo tipo de accesorios a muy buen precio, incluso de baños completos, algunos de los cuales son incluso diseños únicos o piezas casi nuevas y exclusivas. Un modo de ahorrar y, a la vez, disfrutar de un cuarto de baño moderno y absolutamente único.

También es importante tener en mente el aprovechamiento del espacio, por lo cual intentaremos, en la medida de lo posible, concretar los componentes (máxime en espacios reducidos) aprovechando recovecos, rincones y esquinas, procurando que con ello su uso no pierda comodidad y confort.

En el caso de componentes adosados, es decir, elevados, anclados a la pared y sin pie, debemos mantener la misma distancia respecto al suelo para los casos de bidés y retretes, que se situarán como mínimo a 40 centímetros de altura. Para los lavabos, la altura estándar se halla entre los 80 cm y los 90 cm, aunque esta puede variar si en el domicilio hay niños o personas con movilidad reducida; en estos casos, la altura ideal será entre los 60 cm y los 70 cm respecto al suelo.

Por último, y ya en lo concerniente al diseño, debemos procurar que la grifería elegida no desentone con las líneas de los componentes: si optamos por un estilo con formas redondeadas, por ejemplo, no elegiremos grifos cuadrados. Y lo mismo podemos decir respecto al material: si la cerámica blanca y el acero inoxidable priman en nuestro baño, elementos de otros materiales o con colores chillones pueden desentonar y romper con la coherencia del baño si no los elegimos con sumo esmero.

Instalación de componentes

Tanto los componentes con pie como los adosados a la pared, normalmente se facilitan con los anclajes pertinentes. Deberemos, pues, en primer lugar presentarlos en su ubicación pertinente y marcar su área exacta con un lápiz, un rotulador o una tiza, y hacer lo mismo con los agujeros de sus respectivos anclajes.

Tras ello, y con un taladro (con broca de pared), procederemos a realizar los orificios necesarios y a instalar, después, los componentes en su lugar correspondiente. Si los ubicamos sobre baldosas o tenemos que horadar azulejos de pared, debemos prestar una atención especial y procurar no romper la cerámica, algo que nos obligaría a reemplazar la pieza rota o dañada. Para ello, lo ideal es empezar a agujerear con una broca de diámetro pequeño, y tras hacer un primer orificio, ampliarlo con una broca de diámetro mayor. Así evitaremos agrietar las piezas y realizaremos orificios completamente limpios.

La instalación de espejos no reviste una gran complejidad, aunque sí se deben tratar con extremo cuidado y, en caso de ser posible, contando con la ayuda de alguien para sostenerlos en el lugar apropiado en el momento de presentarlos, e instalarlos minimizando el riesgo de rotura.

¿Ducha o bañera?

Gran dilema, que dejamos en manos del gusto del consumidor. Sin embargo, deberemos considerar aspectos importantes antes de decantarnos por una u otra opción:

• Espacio del baño: en espacios reducidos, los platos de ducha ganan la partida a bañeras y otros componentes voluminosos.

• Perfil de usuarios: si en el domicilio hay niños pequeños, una bañera está especialmente indicada por la comodidad que ofrece a los padres a la hora de llevar a cabo labores de higiene personal; sin embargo, si con nosotros conviven mayores o personas con problemas de movilidad, la ducha (y especialmente los platos sin bordes, encofrados en el suelo o con desagüe directamente integrado en él) será el componente más indicado.

• Limpieza: las duchas son más sencillas de limpiar que las bañeras.

• Precio: en esto también las duchas ganan, por lo general, a las bañeras. Con todo, debemos tener en cuenta que normalmente un plato de ducha requerirá la instalación de una mampara para evitar salpicaduras y derrames de agua (con la bañera será suficiente una simple cortina), algo que encarecerá notablemente nuestro proyecto.