Legislación sobre sonidos y contaminación acústica

Como avanzábamos en artículos anteriores, el sonido puede tener tantos efectos beneficiosos como perjudiciales para la salud y el bienestar no solo de las personas, sino también del resto de seres vivos que pueblan el planeta, especialmente aquellos dotados con órganos sensoriales capaces de captar las ondas acústicas.

Los beneficios que aporta un correcto uso del sonido y de los sistemas de sonido son evidentes: entre otras pruebas, la existencia de estos mismos posts es una buena demostración de ello. Sin embargo, un uso incorrecto o una gestión irresponsable del sonido puede tener consecuencias nocivas todavía ignoradas por un buen número de personas, y que superan la incomodidad causada por los sonidos que comúnmente llamamos «ruido». No en vano, por todo ello, existe un marco legal especialmente establecido para limitar estos perjuicios sobre las personas y el entorno, del cual aquí solo enumeraremos aquellos aspectos más destacados, tras revisar algunos conceptos básicos relacionados con el sonido que nos ayudarán a mejorar la comprensión del asunto que tenemos entre manos.

 

efectos beneficiosos del sonido

 

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Conceptos básicos relacionados con el sonido


  • Frecuencia: la frecuencia de un sonido determina su tono o altura, una característica especialmente relevante en el ámbito musical. La frecuencia es la cantidad de vibraciones por segundo que se producen cuando se genera un sonido, y la magnitud utilizada para medirla son los hertzios (Hz). A mayor frecuencia, más alto será el tono del sonido, produciéndose así sonidos más graves (más bajos) o más agudos (más altos).

  • Intensidad: la intensidad de un sonido determina, junto a las propiedades del medio en el que se propaga, su longitud de alcance. Por norma general, y en medios materiales homogéneos, a mayor intensidad de sonido mayor será la distancia que puedan recorrer las ondas acústicas (es decir, el sonido será perceptible a más o menos distancia de su punto de origen, y con más o menos fuerza en función de su intensidad y del medio a través del cual se transmitan las ondas). La intensidad se mide en decibelios (dB), tomando como referencia el silencio (0 dB) y siendo el umbral considerado dañino para el oído humano los 130 dB.

  • Resonancia: la resonancia es un fenómeno estrechamente vinculado a la frecuencia del sonido producido por la vibración de un cuerpo sometido a la acción de una fuerza recurrente que, coincidiendo con los periodos de vibración del cuerpo, intensifica la frecuencia (es decir, aumenta su intensidad) del sonido producido. Este fenómeno es el responsable de intensificar el sonido de algunos instrumentos de cuerda, como la guitarra o el violín, que cuentan con una caja de resonancia, pero también el causante de sucesos como la rotura de cristales cuando se reúnen las circunstancias propicias, o más excepcionalmente (pero no por ello de menor importancia) la rotura y/o el derrumbe de estructuras confeccionadas con materiales rígidos, incluso puentes o edificios enteros.

  • Contaminación acústica: el sonido también puede ser una fuente importante de contaminación, entendiéndose por ello la alteración más o menos grave de las condiciones normales del sonido ambiental en una zona concreta. Los efectos de la contaminación acústica pueden ser varios y distintos según se trate de zonas urbanas (con consecuencias para la salud y el bienestar de las personas, principalmente) o rurales (con efectos, también, sobre el medio ambiente, pudiendo causar desde molestias hasta alteraciones graves en los hábitos y las funciones básicas para la vida de algunas especies, principalmente de animales).


Legislación española y directivas europeas sobre ruido


Actualmente, en España, rigen sobre el ruido un conjunto de leyes y decretos que determinan, entre otros, los niveles máximos permitidos de intensidad y frecuencia del ruido generado, la calidad mínima exigida de las emisiones acústicas, y los niveles de protección de las personas y el entorno ante el ruido exigibles a particulares, comunidades, empresas e instituciones.

 

efectos perjudiciales del sonido

Las normativas que regulan el ruido y limitan los niveles de contaminación acústica permitidos están recogidas y publicadas en la página web del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, siendo las más destacadas:

  • Ley 37/2003: inspirada en la Directiva Europea 2002/49/CE, por la cual se transfiere a las ordenanzas municipales la capacidad de establecer, entre otros, los límites de ruido admisibles siempre que dichas ordenanzas se mantengan sujetas a las disposiciones generales de esta ley, obligando a los municipios y a las administraciones públicas competentes a dotarse de los instrumentos y los mecanismos necesarios para proteger la integridad y el bienestar de las personas y el medio ambiente en lo que respecta al ruido y la contaminación acústica.

  • Real Decreto 1513/2005 y Real Decreto 1367/2007: su intención es desarrollar las disposiciones legales anteriores, y mejorar los mecanismos para la evaluación y la gestión del ruido ambiental que las administraciones públicas pertinentes están obligadas a adoptar por la ley enunciada anteriormente.

  • Real Decreto 1371/2007: regula y dispone, como complemento de la ley anterior, las medidas de protección ante el ruido que deberá recoger el Código Técnico de la Edificación.

 

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