La eficiencia energética es un asunto estrechamente relacionado con el confort y la comodidad, especialmente en lo que se refiere a la calefacción y la climatización del hogar. Pero para disfrutar de un entorno adecuadamente climatizado, antes es preciso sentar las bases que permitan maximizar la eficiencia energética de la vivienda, aludiendo principalmente a las posibilidades de protección térmica y revestimientos ecológicos que tenemos al alcance, así como a los distintos modos posibles de reducir el consumo energético de la vivienda optimizando los recursos disponibles.
Para saber más te recomendamos esta guía gratuita sobre casas ecológicas:
Protección térmica y revestimientos
Las posibilidades de adaptar, modificar o transformar una vivienda en lo referente a este apartado dependerá en gran medida de las condiciones y las características estructurales de la misma: si se trata de una obra en construcción, evidentemente el abanico de posibilidades será mucho mayor que en el caso de viviendas ya construidas. No obstante, confiamos en que el lector será capaz de adaptar las siguientes indicaciones a las necesidades y las posibilidades particulares de su hogar.
En líneas generales, insistimos en la importancia de aprovechar las características naturales, climatológicas y meteorológicas, del lugar en el que se encuentre la vivienda para optimizar su consumo energético. De este aprovechamiento, según sea mayor o menor, dependerán enormemente las medidas de protección térmica y los revestimientos necesarios a implementar para mantener el nivel de confort, comodidad y consumo de recursos deseables.
Tejados
El tejado es un elemento fundamental a la hora de considerar la eficiencia energética de cualquier hogar. Lógicamente, si se trata de un piso difícilmente podremos tomar medida alguna en este sentido, aparte de aislar e insonorizar los techos para proteger térmica y acústicamente nuestros espacios vitales. Sobre este asunto (insonorización y protección acústica), la guía gratuita Sistemas de sonido en casa ofrece indicaciones interesantes y perfectamente aplicables para el aislamiento térmico de estancias en pisos y viviendas verticales.
En otros casos, es preciso (como decíamos al empezar) tener en cuenta las condiciones ambientales de la zona para, en primer lugar, tomar las decisiones oportunas en lo que se refiere a la elección del tipo de tejado (de 1 vertiente, a 2 aguas, a 4 aguas, con cubierta quebrada…) i a los materiales para su recubrimiento exterior. En general, la pizarra (menos porosa que la teja, con formas lisas para facilitar el desprendimiento de precipitaciones sólidas) es aconsejable en zonas frías y con nevadas recurrentes; en otros casos, la teja tradicional de barro ofrece la protección necesaria para disfrutar de un tejado seguro que garantice el confort en el interior de la vivienda.
Otro recurso absolutamente original y cada vez más utilizado, especialmente en zonas húmedas con precipitaciones moderadas son las cubiertas verdes, es decir, tejados con vegetales e incluso arbustos plantados en ellos. Estas cubiertas verdes ofrecen un alto grado de aislamiento térmico y acústico, una inigualable protección natural frente a la radiación solar y un nivel de impermeabilización difícilmente comparable al obtenido con otros recursos, incluso empleando materiales industriales o poco sostenibles, como pinturas y telas asfálticas.
Paredes y cierres
Sobre los cierres (puertas, ventanas y otros accesos), como hemos comentado en posts anteriores, existen cada vez más materiales disponibles para garantizar la protección acústica, térmica y antiintrusión exigible en cualquier vivienda. La madera y el vidrio, no obstante, son los que resultan más aconsejables: la madera, porque es un aislante natural excepcional además de la atmósfera de calidez que crea en cualquier espacio; el vidrio, por ser un material de alta resistencia que garantiza un alto nivel de aislamiento y seguridad (especialmente los cierres de doble cristal con cámara de aire), además de permitir la entrada de la luz y el calor solar al interior de la vivienda.
Por estos mismos motivos, las paredes acristaladas, sobre todo las orientadas al sur, son un recurso muy recomendable para aprovechar al máximo el calor y la iluminación naturales. Para el resto de las paredes, debemos recordar que la piedra también resulta un aislante óptimo, y que los muros y paredes gruesos aíslan mejor que los delgados. Sea cual sea la solución adoptada, se pueden emplear materiales aislantes naturales para revestir el interior de las paredes, como la paja o el corcho, y/o reservar un espacio vacío entre paredes exteriores e interiores para disponer de una cámara de aire que actúe de protección (otro recurso excepcional para lograr un aislamiento térmico óptimo).
Suelos
El caso de los suelos es similar al de las paredes, con preferencia (siempre que sea posible) por el parquet flotante. En una vivienda sostenible también podemos instalar un sistema de calefacción radiante para incrementar el nivel de comodidad y confort, siempre que el sistema de climatización esté alimentado por combustibles no fósiles o fuentes de energía renovables. De ello, de los sistemas de calefacción y climatización en casas ecológicas, nos encargaremos con detalle en el post que sigue de esta misma serie.
Eficiencia energética
La eficiencia energética de un hogar sostenible depende en gran medida del uso que hagamos de electrodomésticos y otros elementos que precisen una fuente de energía para funcionar. Por ello, recomendamos adquirir electrodomésticos con certificado de eficiencia energética de tipo A (normalmente estipulado en la etiqueta de los mismos, y acompañado por el signo +, ++ y +++ según se trate de electrodomésticos más o menos eficientes, siendo los A+++ los que garantizan una eficiencia energética óptima).
La iluminación también es un capítulo importante en lo que se refiere a la eficiencia energética del hogar; por ello, especialmente en hogares sostenibles, es preciso emplear componentes de bajo consumo (como las bombillas LED), o sistemas de control de iluminación que permitan regularla de un modo preciso y automatizable, ajustando la iluminación ambiente a las necesidades reales de cada momento. Para ello, los reguladores de iluminación son aliados imprescindibles, componentes perfectamente integrables en sistemas de control de iluminación, persianas, climatización y otros elementos importantes para garantizar la eficiencia en el consumo energético en el hogar.
Para controlar el consumo energético del hogar, existen soluciones innovadoras como las propuestas por la colección Sense, permitiendo controlar los espacios de una forma sencilla e intuitiva.
Los pulsadores táctiles Sense, además de su sencillez y la posibilidad de optar por los acabados más acordes con el espacio, permiten ajustar, regular y personalizar cualquier ambiente a las necesidades del momento o al gusto del usuario.
Detectores de presencia, avisadores, control de balizas, elevadores de persianas, adaptadores de climatización… y, muy especialmente (por los motivos que destacábamos al empezar esta sección) reguladores de iluminación, que permiten encender y apagar la luz con un solo toque superficial, adaptar su intensidad y recrear escenas previamente programadas. Todos los accesorios Simon Sense son perfectamente modulables y ajustables a las necesidades de cada espacio combinándolos con los acabados de las series Simon Nature 82 o Detail 82.
Posts relacionados:
- Una vivienda sostenible, confortable y segura
- Casas sostenibles y autosuficientes (II)
- Casas sostenibles y autosuficientes (I)
Para saber más te recomendamos esta guía gratuita sobre casas ecológicas:
