Las luces LED son cada vez más populares desde hace unos años. Su menor consumo, mayor sostenibilidad y mayor vida útil ha hecho de ellas un dispositivo habitual en la iluminación de las ciudades o los faros de los coches de última tecnología. Pero es en los hogares donde se ha producido una verdadera revolución. No se trata solo de que las bombillas incandescentes hayan pasado a la historia, sino que las ventajas de las luces LED están arrinconando a otro tipo de iluminaciones, como las halógenas. De entre todas ellas, las dicroicas LED constituyen un avance aún mayor en rendimiento y prestaciones.

¿Por qué las dicroicas LED son el última salto adelante?

Las dicroicas LED tienen su gran ventaja en algo que no se puede decir de todos los tipos de luces; fidelizan los colores de los objetos que iluminan hasta el punto de que encenderlas no supone ni el más mínimo cambio de tonalidad. Esto las convierte en muy indicadas para tiendas y comercios en los que la alimentación o el material a la venta está expuesto al público. En una casa permiten obtener una iluminación brillante con muy poco consumo.

Además de no emitir ni calor ni ningún tipo de radiación, son resistentes a impactos y vibraciones, todo ello con un menor consumo y, por lo tanto, una mayor sostenibilidad con el medio ambiente. A todo ello hay que sumar la larga vida útil que caracteriza a todas las luces LED y su reducido tamaño, gracias al cuál pueden instalarse con sencillez en cualquier estancia. 

¿Cómo puedo sustituir las antiguas luces halógenas por unas dicroicas LED?

Apostar por unas bombillas dicroicas LED para reemplazar unos focos halógenos es una gran medida para acortar la factura de la luz. Antes de comenzar el reemplazo debes conocer las equivalencias aproximadas entre los dos tipos de luces. Un halógeno de 20W tendría su equivalente en un LED de 3W, uno de 35W en uno de 5W, y uno de 50Wen uno de 7W. La sustitución es sencilla, solo hay que seguir los siguientes pasos:

Retirar los casquillos

Corta la corriente eléctrica para evitar posibles descargas. En primer lugar hay que quitar los casquillos, aunque no siempre es así. Si los focos halógenos alojan bombillas de 12 voltios sí tenemos que retirarlos, porque no nos serán ya útiles. Pero si esos focos son de 230 voltios, se pueden aprovechar para las dicroicas LED.

Retiramos el transformador

El transformador que se usa en las luces halógenas de 12 voltios para transformar los 230 voltios entrantes se quita, ya que con las nuevas luces dicroicas LED ya no es un dispositivo necesario. 

Conectamos e instalamos

Después de retirar el conjunto del transformador y los casquillos de la iluminación anterior, llega el momento de conectar los cables a los nuevos casquillos. A continuación se instalan las nuevas bombillas y se comprueba, mediante la reactivación de la corriente eléctrica, que su funcionamiento es el correcto. Ya solo queda disfrutar de las ventajas de este tipo de iluminación.

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