Qué debes saber para cambiar de fluorescente a LED

cambiar fluorescente a led

 

Aunque los tubos fluorescentes aún son de uso común en muchos lugares, desde oficinas hasta algunos espacios de la casa, la tecnología LED ha llegado para quedarse por las numerosas ventajas que ofrece. Frente a los sistemas de iluminación que se han usado hasta hace pocos años, consume menos con la misma o más iluminación, tienen una enorme durabilidad, no emiten calor y son respetuosos con el medio ambiente. Si quieres retirar antiguas luces y reemplazarlas por una tecnología mucho más avanzada y respetuosa con el medio ambiente, ten en cuenta todo lo que debes saber para cambiar fluorescente a LED.

Haz click aquí para descargar la Guía Gratuita:  Uso y manejo de bombillas LED

¿Cuáles son las diferencias a la hora de instalar uno u otro?

Reactancia y cebador. Son dos elementos sin los que no se pueden entender los tubos fluorescentes, y a los que el paso del tiempo irá dejando atrás. Aún así, debes tenerlos en cuenta a la hora de cambiar fluorescente a LED. Éstos últimos no usan ni uno ni otro. El hecho de que los tubos fluorescentes usen estos dos elementos ya eleva, por sí mismo, el consumo de energía, ya que consumen luz eléctrica.

¿Para qué sirve el cebador? Para se que la temperatura del gas aumente cuando realizamos el encendido, ya que es necesario que el gas alcance la temperatura adecuada  en el momento en el que la luz blanca atraviesa los electrones alojados en el tubo. La reactancia, por su parte, hace que la tensión se eleve, cuando se produce el encendido, de 220V a 1000V. A la hora de cambiar fluorescente a LED, es imprescindible anular la función de ambos elementos antes de enchufar los cables de la corriente eléctrica a los dos salientes que tiene el tubo en sus extremos.

¿Cuáles son los pasos que hay que seguir para cambiar fluorescente a LED?

Realizándola con cierta precaución, es una operación bastante sencilla. Lo primero que debe hacerse es anular el posible riesgo de descargas durante la intervención cortando la corriente eléctrica. Podemos cortar solo la fase concreta en la que estemos trabajando si no queremos anular la luz de toda la vivienda porque, por ejemplo, contemos con electrodomésticos en marcha. Una vez estemos seguros de que no existe riesgo alguno, anularemos tanto la reactancia como el cebador y retiraremos el tubo fluorescente. El tercer y último paso será el de conectar el neutro y la fase en cada extremo del portalámparas. Para comprobar si hemos conseguido sustituir el fluorescente por un LED de forma correcta bastará con pulsar el encendido del nuevo tubo.

Comienza a disfrutar del ahorro

Aunque su coste de adquisición es más alto, los tubos LED favorecen el ahorro de energía y dinero desde el primer día. En primer lugar, porque su consumo es menor con la misma capacidad de iluminación. En algunos casos se ha llegado a obtener un ahorro del 50% con respecto a los tubos fluorescentes. A ello hay que sumar que la vida útil de un tubo LED, que puede ser de hasta 8 veces superior, y que requiere mucho menos mantenimiento porque no cuenta ni con cebador ni con reactancia. Son más resistentes a posibles golpes o impactos, una ventaja en lugares exteriores y otros espacios, como pabellones de deportes, garajes y sus accesos, etc.

Por otra parte, poseen un arranque inmediato, y a todo ello hay que sumar que contribuyen a la sostenibilidad del medio ambiente en gran medida, en especial porque no cuentan con gases, pero también porque no emplean ni para su fabricación, ni para su funcionamiento, vapor de mercurio, un elemento muy contaminante.

Artículos relacionados:

Guía gratuita para el uso y manejo de bombillas LED