La climatización en una vivienda sostenible
La calefacción y la climatización representan un capítulo especialmente sensible a la hora de garantizar un nivel óptimo de confort en cualquier vivienda. El problema (o posible problema) surge al plantear un proyecto como el que tenemos entre manos: compatibilizar la comodidad y el confort ambiental con la sostenibilidad medioambiental.
De nuevo, aquí debemos recordar la importancia de aprovechar factores como la radiación solar o los elementos naturales de protección y aislamiento térmico disponibles en el entorno de la vivienda, y planificar (cuando sea posible hacerlo) la orientación de la misma para optimizar sus ventajas.
No obstante, y pese a ello, el problema de contar con un sistema de climatización sostenible sigue plenamente vigente. Es preciso, pues, planificarlo adecuadamente para evitar pérdidas de frío o calor a lo largo de su instalación, y (muy especialmente) contar con una fuente de alimentación que evite el consumo de combustibles fósiles, altamente contaminantes.
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Climatización en viviendas sostenibles: alternativas a los combustibles fósiles
Aires acondicionados
Contar con un sistema de aire acondicionado en una vivienda sostenible podría parecer, a simple vista, algo contradictorio; no obstante, gracias a los avances en investigación de fuentes de energía la ecología ha dejado de ser incompatible con los sistemas de refrigeración ambiental: el gas R-410A para sistemas de refrigeración es un buen ejemplo de ello; se trata de una mezcla gaseosa que no perjudica la capa de ozono, como sí lo hacen otros gases refrigerantes, pese a no ser una alternativa 100% inocua y ecológica. Además, debemos tener en cuenta el alto consumo de electricidad que representa contar con un equipo de aire acondicionado, por lo que sigue siendo recomendable, cuando sea posible, prescindir de ellos y sustituirlos por un correcto sistema de ventilación cruzada, canalizando mediante oberturas las corrientes de aire naturales de la zona.
Calefacción
En posts anteriores hemos comentado las ventajas que presentan los sistemas de energía solar térmica de temperatura media, con los que además de agua también es posible calentar aire. Unidos a un sistema de circulación que lo distribuya a todo el hogar, esta puede ser una de las alternativas más interesantes a los combustibles fósiles, como el gasóleo.
En un sentido muy similar, y perfectamente compatibles e integrables en un sistema de circulación de aire caliente alimentado por energía solar térmica podemos mencionar las calderas de biomasa, basadas en la combustión de materiales biológicos como la leña o el pellet, con un alto poder calorífico y un impacto medioambiental mínimo.
Una variante de este sistema de calefacción por circulación de aire (perfectamente compatible con las opciones anteriores), muy interesante desde el punto de vista estético, es el conectado a una chimenea para distribuir adecuadamente el calor que esta genera. De este modo, las ventajas estéticas se combinan con la eficiencia energética, algo que una chimenea por sí sola no ofrece. Para instalar este tipo de calefacción es necesario concretar un sistema de tuberías, de superficie o empotrado, con rejillas de ventilación a lo largo de su recorrido para que el aire caliente salga de los conductos y acondicione la temperatura de la vivienda. También se precisa una bomba o un dispositivo similar (ventiladores o compresores) que faciliten la correcta circulación del aire caliente por el sistema de tuberías.
Este sistema de calefacción es altamente eficiente y medioambientalmente sostenible, pero presenta algunas desventajas importantes: es difícil regular con precisión la temperatura ambiente, y normalmente exige la instalación de filtros y otros elementos para evitar que se incrementen los niveles de polvo en el ambiente. Estos inconvenientes son perfectamente evitables si se opta por un sistema de calefacción por agua: la instalación es prácticamente la misma que se requiere en cualquier vivienda con calefacción por radiadores, con la diferencia de que en este caso la caldera está alimentada por biomasa (leña o pellet).
También en este caso es recomendable implementar, a lo largo de la instalación, los sensores y reguladores oportunos para garantizar un consumo óptimo de energía. La colección Sense ofrece, además de esto, la posibilidad de controlar de un modo descentralizado y automatizable la temperatura ambiente, entre otras cuestiones como los cierres de persianas o la iluminación.
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