La planificación de un taller de bricolaje en casa

Hemos visto en posts anteriores algunos tipos de talleres que podemos instalar en una vivienda, agrupados en tres tipologías según sus características, fines y requisitos básicos. No es posible, sin embargo, desarrollar detalladamente aquí los pasos a seguir para instalar un taller en casa con las especificidades propias de cada una de las tipologías enumeradas.

Por ello, tomaremos como referencia el tipo de taller doméstico más habitual, el dedicado a fines y tareas que hemos convenido llamar de «bricolaje grueso», animando al lector a que adapte a sus necesidades concretas y específicas las recomendaciones que se exponen en las líneas que siguen.


Pulir madera en casa

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El taller de bricolaje en casa: características y recomendaciones


Lo primero a tener en cuenta a la hora de planificar un taller de bricolaje en casa es el espacio disponible con el que se cuenta. En función de ello podremos llevar a cabo un proyecto más o menos ambicioso, y realizar en nuestro futuro taller un tipo u otro de actividades.

Para desarrollar el tema que ahora nos ocupa, supondremos que se dispone de un espacio similar a un garaje con capacidad para albergar un automóvil, un supuesto estándar que animamos al lector a adaptar en la medida de lo posible al espacio con el que cuente.

Usar un espacio como un garaje, además, reporta ciertas ventajas que debemos tener en cuenta a la hora de diseñar nuestro taller de bricolaje en casa:


  • Accesos: cualquier garaje dispone de un acceso principal, adecuado para al menos un coche utilitario, y a menudo uno o varios accesos secundarios, como puertas que comunican con un patio o jardín, o directamente con la vivienda principal. En aras de mantener un nivel adecuado de limpieza, protección y seguridad, por esta característica los garajes son ideales para albergar un taller de bricolaje: disponen de mayor ventilación, de accesos primarios y secundarios (que pueden actuar como escapes de emergencia dado el caso), y no exigen el transporte de materiales peligrosos, o que dejen rastros y suciedad por otras zonas habitables del hogar.

  • Transporte de materiales: además de la limpieza y la seguridad, los garajes también ofrecen una gran comodidad a la hora de transportar los materiales y las herramientas necesarias, dado que se puede acceder a ellos directamente con un vehículo de transporte sin tener que cargar pesos ni recorrer grandes distancias con ellos a cuestas.

  • Aislamiento: el acceso a un garaje es más sencillo de controlar que en otros habitáculos, se prestan a la instalación de alarmas, detectores y medidas de seguridad que solo afecten al espacio del taller, permiten llevar a cabo proyectos de insonorización, aislamiento térmico… sin comprometer el resto de la vivienda, y podemos trabajar en ellos a cualquier hora del día, en cualesquiera circunstancias sin que el bienestar del resto de los componentes del hogar se vea en modo alguno perjudicado.

 

Trabajar la madera en casa


Aportados los motivos anteriores, veamos algunas de las cuestiones que debemos tener en cuenta a la hora de planificar nuestro proyecto de taller doméstico, las cuales mantienen una estrecha relación con lo que acabamos de exponer:


  • Aislamiento acústico/térmico: aislar paredes (y hasta cierto punto también suelos y techos) es relativamente rápido, sencillo y económico. En cualquier centro especializado en bricolaje (o en la misma red) encontraremos una gran cantidad de materiales adecuados para este fin. En la planificación de cualquier aislamiento deben entrar en juego, también, posibles modificaciones de instalaciones de suministros y desagües preexistentes.

 

  • Otras molestias: convivir con un taller doméstico instalado en el mismo domicilio en el que se reside puede acarrear molestias, más allá de las relacionadas con los cambios de temperatura o los ruidos. Olores, residuos, suciedad… son cuestiones que están indisolublemente relacionadas con cualquier taller de bricolaje. Por ello, en la planificación de nuestro proyecto debemos considerar detenidamente estos asuntos, y tomar las medidas oportunas para minimizar su impacto en nuestro entorno familiar, social y natural más inmediato: espacios para la correcta gestión de los residuos generados, la implementación de un sistema (junto a las respectivas herramientas) de limpieza adecuado, la instalación de mecanismos extracción de humos y olores...

 

  • Suministros y desagües: si vamos a emplear herramientas especialmente potentes, puede que necesitemos aumentar la potencia eléctrica contratada con la compañía suministradora para el conjunto de la vivienda, un hecho que posiblemente nos obligará a manipular y adecuar la instalación eléctrica existente. Algo análogo ocurre con el resto de los suministros y las instalaciones de desagüe, asuntos de los que nos ocuparemos detenidamente más adelante.

 

  • Distribución del espacio: un aspecto básico en la planificación de cualquier taller. Se debe prever la instalación de equipos, herramientas y componentes básicos, empezando por los más voluminosos e importantes (con especial atención a elementos como el banco de trabajo) y concluyendo con los secundarios, tratando en todo momento de tener en cuenta cuestiones tangenciales pero de suma importancia como la comodidad a la hora de trabajar, la seguridad, la accesibilidad y el correcto rendimiento del equipamiento instalado.

Otras cuestiones a tener en cuenta, como la seguridad, la comodidad y la maniobrabilidad en el taller, o incluso la posible rentabilidad del mismo, dada su complejidad e importancia, también serán tratadas con más detalle en otros posts.

 

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