Ventajas del LED para la iluminación
Lámparas y bombillas se producen y comercializan hoy de un modo muy distinto al que lo habían hecho hasta ahora. La progresiva desaparición de las bombillas incandescentes ha dado paso al desarrollo de innovaciones tecnológicas que nos permiten disfrutar de otros productos más avanzados. Hoy en día conviven luces incandescentes, halógenas, tubulares, compactas y las que cuentan con las ventajas del LED.
A continuación te mostramos cuáles son sus beneficios y te ofrecemos ciertos consejos sobre su manipulación y uso que te resultarán muy útiles.
Ventajas del LED en las bombillas
- Son más eficientes. Se estima que una bombilla LED consume entre un 80 y un 90% menos de electricidad que una bombilla tradicional. Buena parte de ese menor consumo está causado porque estos dispositivos no emiten calor, algo que sí ocurría en las luces tradicionales y, especialmente, en las halógenas. Todo ello implica un descenso considerable en la facturación de cada usuario.
- Su durabilidad es mucho mayor. En comparación con las cerca de 2.000 horas que suele durar una bombilla estándar, una lámpara LED puede llegar a durar hasta 20 años o lo que es lo mismo, más de 175.000 horas, esto en el caso de los ledes de luz blanca, los de más reciente creación y de mayor aplicación para alumbrado mediante focos y bombillas.
- Son más respetuosas con el medio ambiente. Son reciclables, por lo que después de su vida útil se pueden reutilizar, y no contienen elementos como el mercurio, el tungsteno y otros productos de gran toxicidad. Según la UE, sustituir las bombillas incandescentes por bombillas LED evitaría verter a la atmósfera cerca de 20 millones de toneladas de CO2 al año.
- Adaptables a cualquier entorno. La versatilidad de las bombillas LED hace que se puedan utilizar en casas, edificios, oficinas, locales comerciales, garajes, etc. Son útiles también en 9 de cada 10 dispositivos.
Componentes y funcionamiento
Los orígenes de la tecnología LED están en los estudios del científico ruso Oleg Lósev, aunque el primer LED fue inventado en 1962 por el estadounidense Nick Holonyak, asesor de la compañía General Electric. Estas bombillas tienen un ánodo (positivo) y un cátodo (negativo), y entre sus componentes principales destacan la lente (un encapsulado normalmente de plástico epoxi), un contacto metálico que realiza la función de hilo conductor, una cavidad reflectora (también denominada copa), un yunque y una plaqueta. La potencia admitida por los ledes oscila entre los 1,8 y 3,8 voltios, según el color y la potencia soportada por los componentes de cada tipo de LED.
Para la iluminación, las luces LED suelen presentarse en tiras que requieren el uso de un transformador, normalmente de 12 o 24 voltios, además de las correspondientes resistencias que se encargan de restringir la corriente que los atraviesa.
La luminosidad de las bombillas LED
La luminosidad de este tipo de bombillas está determinada por su composición. Las de menor luminosidad son las que presentan los colores más tradicionales y usados desde hace décadas como indicadores lumínicos. Estos ledes de baja luminosidad suelen estar compuestos de arseniuro de galio y poseen una longitud de onda de unos 940 nm. Son los que identificamos como infrarrojos. La alta luminosidad, en el otro extremo, es la que ofrecen los LED ultralumínicos o de alta luminosidad. Es bueno recordar que cuanto mayor es la temperatura del color de las bombillas LED, mayor cantidad de lúmenes emite.
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