Zonas de contaminación: bacterias y agentes patógenos
Al inicio del post anterior advertíamos que en determinadas zonas y espacios, la instalación y la manipulación de componentes eléctricos debe realizarse por personal autorizado y debidamente capacitado. Esto cobra especial relevancia en este apartado, ya que los entornos afectados por una alta contaminación bacteriológica (o que precisan preservarse de ella) suelen ser espacios públicos, como centros sanitarios o escolares, o industrias (principalmente alimentarias).
Sin embargo, esto no quita que podamos intervenir en estas zonas, aplicando los recursos necesarios para mejorar, nosotros mismos, su nivel de limpieza y descontaminación.

También puedes descargarte nuestra guía gratuita para saber más sobre cómo hacer frente a entornos adversos:
Componentes de protección ante contaminación por bacterias y agentes patógenos
La protección y salvaguarda de pacientes, niños y personas necesitadas de atenciones especiales también incluye, y de un modo especialmente destacado, velar por su buen estado de salud, especialmente en entornos propicios a la contaminación bacteriológica.
Interruptores, cables y enchufes, entre otros componentes de uso y manipulación frecuente por un gran número de personas suelen ser una fuente de cultivo de bacterias perniciosas, y de transmisión de afecciones diversas a causa de agentes patógenos de distinta índole.
En este tipo de entornos, en los que las adversidades afectan más a las personas que las instalaciones eléctricas y a sus componentes, estos pueden ser valiosos aliados si se dispone de los elementos más adecuados para cada zona y estancia.
Zonas comunes
Las zonas de paso son las que, lógicamente, acumulan un mayor número de agentes contaminantes. Bacterias, alérgenos y otros tipo de patógenos, pese a realizar limpiezas profundas y frecuentes, se acumulan en los componentes eléctricos más utilizados.
Para mantener la higiene en niveles óptimos, lo más adecuado es, como norma general, evitar en lo posible el contacto directo con los mismos (esto es de obligado cumplimiento en determinadas zonas de los centros sanitarios, o en industrias dedicadas a la manipulación de alimentos).
Sensores de movimiento y de presencia que activen o desactiven luces, mecanismos de apertura de puertas, ventanas y persianas son ideales para mantener la seguridad en este tipo de entornos adversos.

Zonas de uso privado o restringido
Los componentes anteriores también son de gran utilidad en zonas de uso privado o restringido, como aulas de escuelas, habitaciones de hospital, residencias geriátricas o incluso domicilios, si en la vivienda se precisa de ellas por los motivos alegados al principio.
Cabe añadir, a estos elementos de automatización, otros componentes especialmente diseñados y elaborados con materiales antibacterias, con o sin fundas protectoras y con líneas y estilos muy diversos.

Las soluciones Simon para centros sanitarios no solo incluyen componentes que permiten una mejor y más profunda higienización de los espacios sensibles a la contaminación bacteriana; también incorporan un gran número de funcionalidades y automatismos para dotar a cualquier centro sanitario, hospital u hogares con necesidades específicas con los dispositivos eléctricos más solventes y avanzados.
También, en el caso de las escuelas y centros docentes, puede resultar altamente conveniente consultar la página dedicada a las soluciones de protección eléctrica y componentes eléctricos para centros educativos, con especial atención a cuestiones relacionadas con la seguridad en el aula y las zonas comunes.
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