Por ahorrar en la factura mensual de la luz, por estética o por apostar por una tecnología más avanzada. Éstas, y algunas más, son las razones por las que cada vez más propietarios de viviendas están apostando por cambiar un foco halógeno por otro de LED. Las luces con esta tecnología no emiten calor y tienen una durabilidad que llega a ser de 175.000 horas, cantidad más que considerable en comparación con las 2.000 horas que puede llegar a encenderse una bombilla estándar. Otra de las ventajas que ofrece y que también resulta convincente par muchos usuarios es que las bombillas LED son mucho más respetuosas con el medio ambiente que las luces tradicionales, puesto que no están fabricadas con productos tan tóxicos como el tungsteno y el mercurio.

A continuación vamos a mostrarte cómo es el sencillo proceso de cambiar un foco halógeno por uno de LED, aunque antes te ofrecemos algunas recomendaciones.

Planifica antes de realizar el cambio

Aunque en los últimos tiempos las luces LED han evolucionado mucho y puede encontrarse una gran oferta entre la que escoger, si estamos acostumbrados al tipo de luz de las bombillas halógenas tendremos que hacernos una idea previa de cómo quedarán en nuestra casa las nuevas iluminaciones y de si estamos satisfechos con la nueva luz que proyectan. En el mercado existe una enorme diversidad de tipos de bombillas y aplicaciones de las bombillas LED, de tal forma que lo más conveniente es preguntar y dejarse asesorar antes de adquirir un modelo en concreto. Las luces LED son idóneas tanto para iluminar grandes estancias como para espacios pequeños. Por eso es buena idea adquirir una sola bombilla LED y comprobar si nos gusta el efecto que produce antes de comprar varias.

El voltaje y el tipo de anclaje

A la hora de sustituir las luces halógenas que tengamos en nuestro domicilio por las nuevas luces LED, debemos comprobar cuál es el tipo de anclaje que tienen y, sobre todo, cuál es el voltaje, ya que de eso dependerá el tipo de luz LED que instalemos. Podemos encontrarnos con unas luces de 12 V o de 230 V. En el primero de los casos, necesitaremos comprar un transformador, no así en el segundo. Las bombillas de 12 V son las que suelen utilizarse en zonas denominadas ‘húmedas’, como baños, aseos y cocinas. 

La sustitución, paso por paso

En primer lugar, como medida de seguridad para evitar el riesgo de descargas, debemos acudir al cuadro de luces de la vivienda y desactivar la corriente eléctrica. Si las luces están situadas en el techo, usaremos una escalera para aproximarnos y comprobar cuál es el voltaje y el tipo de anclaje que presentan las bombillas halógenas. En función de ellos recurriremos a las luces LED que hayamos comprado y las instalaremos. Una vez colocadas en su lugar, podemos restaurar la corriente eléctrica de la vivienda y comprobar el correcto funcionamiento de las nuevas luces. Como puedes comprobar, cambiar un foco halógeno por uno de LED es sencillo y no requiere de conocimientos especiales o experiencia. Es importante recordar que debemos reciclar las luces halógenas antiguas en un punto limpio para reducir en el impacto medioambiental de su desechado.