Descubre las paredes empapeladas y su gran versatilidad
Para dar un cambio de estilo a una habitación o a una vivienda completa, para diferenciar varias partes de una casa, para disimular las imperfecciones de tabiques y muros... Las paredes empapeladas son una excelente solución para todo ello, por eso cada vez es más común verlas en muchos hogares y establecimientos comerciales.
¿Qué ventajas tienen las paredes empapeladas?
A diferencia de las paredes pintadas, las paredes empapeladas se pueden renovar con gran facilidad, en poco tiempo y de forma económica. En cuanto a la estética, la variedad de colores, tonos, dibujos y diseños con los que se puede ‘vestir’ una casa gracias a ellas es casi infinita. Ganan en este terreno a las paredes pintadas, que no pueden ofrecer tanta diversidad. Desde las líneas clásicas o que, por ejemplo, imitan a la madera, hasta apuestas más atrevidas, pasando por diseños floreados o geométricos, todo ello tiene cabida. En cuanto al día a día, las manchas que puedan presentar se limpian con facilidad, sobre todo cuando se trata de vinilos lavables, algo que las convierte en especialmente indicadas para viviendas en las que haya niños. Un disolvente o el paso de un paño húmedo con un poco de detergente es suficiente para que la pared recupere su estado inicial. Por otra parte, las paredes empapeladas hacen que las combinaciones con otros tipos de decoraciones, como las paredes pintadas, sean sencillas.
¿Qué tipos de paredes empapeladas existen?
Si distinguimos por tipos de materiales, hablaremos de empapelados de papel vinílico (los más comunes), los que presentan base textil, los que tienen texturas y los que son autoadhesivos. Con arreglo al estilo, podemos diferenciar entre paredes empapeladas a rayas, estampadas, con motivos geométricos o con motivos muy heterogéneos. Las rayas aportan una sensación de anchura cuando son horizontales, mientras que, cuando son verticales, provocan el efecto de alargamiento de las paredes y de que los techos son más altos. No conviene mezclar unas con otras y conviene que adopten las mismas tonalidades. En general, los colores oscuros aportan elegancia y relajación visual, pero también parecen reducir el espacio, mientras que los colores luminosos y llamativos hacen parecer a las estancias más grandes de lo que son. Las paredes empapeladas con estampados o flores suelen dedicarse a espacios de uso concreto o lugares pequeños.
¿Son recomendables las paredes empapeladas para las cocinas y los baños?
Los papeles con los que se empapelan hoy en día las paredes son aptos para todo tipo de lugares de la vivienda, incluidos la cocina y el baño. A pesar de que se trate de estancias en las que puede haber humedad, cuentan con una película protectora sintética que impide que los vapores e incluso el agua directa entre en contacto con la pared. Ese film aporta brillo a las paredes, pero al mismo tiempo cumple con una función de preservación.
¿Qué errores deben evitarse cuando se empapela una pared?
Aunque empapelar una pared es una labor que puede realizarse sin necesidad de herramientas ni conocimientos previos, conviene tener en cuenta ciertas precauciones para realizar un buen trabajo. En primer lugar es clave que la superficie esté limpia y libre de desperfectos. Antes de empapelarla será obligatorio retirar cualquier impureza, esperar a que esté seca si hemos usado algún producto de limpieza y asegurarnos de lijar bien la superficie. Aplicar un fondo fijador antes del empapelado nos garantizará un buen resultado.
También es recomendable empapelar las paredes con una temperatura que no esté por debajo de los 15 °C y nunca por encima de los 22 °C, además de cerrar puertas y ventanas de la estancia para evitar las corrientes de aire. Por último, si no trabajamos con material autoadhesivo, es necesario seguir las instrucciones del fabricante en cuanto a la mezcla del pegamento, que puede tener variaciones en función del material en el que esté fabricado el papel.
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