Cuando no se tiene acceso a la red eléctrica, ya sea por una avería, porque se está lejos de casa o, sencillamente, cuando se vive en una zona que no tiene acceso a la red eléctrica convencional, utilizar un generador puede resultar muy útil. Gracias a este dispositivo es posible obtener iluminación, poner en marcha electrodomésticos o utilizar herramientas eléctricas sin usar las instalaciones eléctricas domesticas. También es útil en el caso de que se produzca una avería o el típico ‘apagón’ de unas horas. En este artículo vamos a detallar qué es un generador y cómo generar electricidad gracias a él.
¿Cómo se genera la electricidad?
El generador es el encargado de convertir energía mecánica en energía eléctrica mediante un movimiento eléctrico rotativo. La base de su funcionamiento es el uso de un campo magnético para la formación de un movimiento de electrones que deriva en la producción de energía eléctrica. El rotor, que es la parte móvil, y el estator, que es su parte estática, interaccionan para obtener la energía eléctrica o fuerza electromotriz (FEM) que proporciona. El funcionamiento de un generador como el que puede utilizarse para fines domésticos se asienta en el proceso inverso al que realiza un motor eléctrico, que se encarga de convertir la energía eléctrica en energía mecánica.
La puesta en marcha de un generador tiene fundamento en la conocida como Ley Faraday, por la cual la tensión que es inducida en un circuito cerrado es proporcional a la rapidez con la que cambia en el tiempo el flujo magnético que atraviesa una superficie cualquiera con el circuito como borde.
¿Qué tipos de generadores se pueden encontrar?
A la hora de saber cómo generar electricidad, es importante distinguir entre dos tipos de generadores; los primarios y los secundarios. Los primeros transforman energía procedente de dinamos o alternadores en energía eléctrica. Los segundos, entre los que se incluyen las baterías recargables o las pilas, primero reciben energía de una corriente, la almacenan y, después, entregan una porción de ella. Después aprovechan esa energía que ha sido guardada para hacer de ella energía eléctrica.
En otras ocasiones se distingue entre tres tipos de generadores; convencionales, invérter y fotovoltaicos. Los generadores convencionales se emplean con máquinas de trabajo electroportátil (bombas de riego, hormigoneras, etc.). Se aconseja que presenten una buena regulación automática de tensión (AVT). Los generadores invérter, de menor tamaño y más silenciosos que los convencionales, están indicados parra la conexión de equipos electrónicos (televisores, aire acondicionado, etc.), ya que impiden que se produzcan desviaciones de tensión por encima del 1 %. Esta garantía de energía estabilizada es muy apreciada para diversos usos, ya que evita los cambios de tensión repentinos y, por lo tanto, que los aparatos resulten dañados. Además, los generadores invérter son capaces de regular su propia potencia de acuerdo a las necesidades requeridas en cada momento. Por último, los generadores fotovoltaicos utilizan la energía solar, por lo tanto gratuita, para producir electricidad. Son los más silenciosos y, por otra parte, no requieren realizar inversión alguna en su mantenimiento.
Diferentes tipos de motor
Cuando nos preguntamos cómo generar electricidad es lógico que nos cuestionemos cuáles son los tipos de motor del generador que podemos encontrar. En primer lugar, el motor es el que se encarga de suministrar la energía necesaria para que el alternador funcione. Podemos distinguir varios tipos. Los generadores o grupos más potentes suelen tener 1.500 revoluciones por minuto (r.p.m.) y los de uso esporádico o moderado de 3.000 a 3.600 r.p.m.
Motores de 2 ó 4 tiempos
Se ponen en marcha con gasolina y mezcla de aceite, y generan bastante ruido. Son superados en potencia por los de 4 tiempos, llamados también OHV (‘overhead valve’), que a su vez pueden ser de 1.500 revoluciones por minuto (rpm) o de 3.000 rpm. Éstos últimos se ponen en marcha con gasóleo gasolina.
Monofásicos o trifásicos
Los generadores monofásicos entregan una corriente semejante a la que proporciona la red eléctrica de 220 V, mientras que los trifásicos la pueden superar ampliamente. Los monofásicos tienen un mayor tamaño y generan mayor ruido que los trifásicos, más silenciosos y productivos. Por último, un generador monofásico no se puede arrancar solo, por lo que requiere de un elemento externo de arranque, mientras que los trifásicos se pueden poner en marcha sin mecanismos añadidos.
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