Hace tiempo que las tendencias de decoración para los aseos de la vivienda han dicho adiós a los tradicionales alicatados. En cada vez un mayor numero de intervenciones se apuesta por vinilos para reformar el cuarto de baño. Además de la razón puramente estética, se trata de una solución, que, como veremos, ofrecen numerosas ventajas. Además su instalación es sencilla, no requiere de apenas herramientas, y en la mayoría de los casos puede realizarse durante un solo día, sin necesidad de requerir un tratamiento posterior.
El mundo de los vinilos para reformar el cuarto de baño ofrece una interminable gama de opciones de texturas, colores y diseños. Algunos imitan a madera, hormigón o cerámica, y para los suelos hasta puedes añadirle una capa de amortiguación para que resulten más cómodos.
¿Cuáles son las ventajas del uso de vinilos en un baño?
El vinilo ofrece muchas opciones de decoración y es muy polivalente. Se trata de un material plástico que tiene sus orígenes en el mundo industrial, aunque poco a poco ha visto extendido su uso a muchos objetos cotidianos. Cuando hablamos de vinilo, en realidad hablamos de policloruro de vinilo (PVC), un componente que destaca por su resistencia a la humedad y a la corrosión, así como a la abrasión y a los efectos de la luz directa (UV). Estas características lo hacen especialmente indicado para zonas de gran desgaste, como baños y cocinas. Se trata, además, de un gran aislante en el caso de que queramos ocultar con él algún componente eléctrico. A todo ello hay que sumar su larga vida útil, que se estima superior a los 60 años.
Imagina cómo sería tu vinilo:
¿Cómo se instala un vinilo en el baño?
Suelos, paredes (también mamparas) son los puntos del baño en los que pueden instalarse este tipo de elementos. En ambos casos las superficies sobre las que se vayan a colocar deben estar limpias y secas. Los vinilos para reformar el cuarto de baño son muy fáciles de cortar en forma de losetas, baldosas o lamas para que tomen las formas que nos interesan. Basta un cúter para hacerlo. En el caso del suelo, especialmente, hay que destacar que no hace falta retirar los sanitarios.
Instalación en suelo
Los dos tipos más comunes de suelos de tipo vinílico son los que tienen un sistema de ‘clic’ y los adhesivos. En el caso de los primeros, basta con ir ajustando cada pieza del vinilo una con otra. Los vinilos que cuentan con una tira adhesiva solo requieren quitar la capa que protege la parte que se va a pegar sobre el suelo y fijarla a éste. Si deseamos dar más consistencia a la nueva superficie, basta con sumar una imprimación acelerante al suelo. Existe un tercer grupo de vinilos para suelos, formado por los vinílicos en rollo. Éstos incorporan una cinta de doble cara o tiras autoadhesivas.
Instalación en las paredes
Olvídate de alicatar o pintar y aprovecha las ventajas de los vinilos para reformar el cuarto de baño. Tras adquirir el vinilo, deberás extenderlo en una superficie, de tal forma que te permita cortar la parte que necesites y colocar unas cintas de carrocero para presentar la nueva superficie en la pared. Antes de situarlo en la pared, ten en cuenta que el papel con silicona es el que está en contacto con la pared y que la lámina transparente será la que quede a la vista. Con precaución, iremos despegando el papel siliconado y fijando, al mismo tiempo, el adhesivo apretando, del centro hacia el exterior, con una espátula especial que incluyen la mayoría de los vinilos en el embalaje.
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