Cómo instalar suelo vinílico de forma sencilla
Es barato, muy resistente al uso prolongado y se puede instalar sin obra. Estas tres razones de peso son las que han hecho que instalar suelo vinílico se haya convertido en algo por lo que cada día apuestan más dueños de viviendas. Pero no son las únicas; además, se trata de un material que se limpia con suma facilidad, con apenas agua y un poco de jabón, y que es muy higiénico, puesto que no es poroso ni, por lo tanto, recoge aceites, ácidos ni productos químicos. Impide el crecimiento de bacterias y las descargas por electricidad estática. A todo esto hay que sumar que los actuales suelos fabricados en este material pueden adoptar infinidad de estilos, dibujos, colores y tonalidades, incluso imitar a materiales más ‘nobles’ como la cerámica o la madera. Esto, además de un valor estético añadido, hace que los podamos utilizar en espacios tan distintos como cocinas, salas de estar, baños, garajes, etc. ¿Sabes cómo instalar un suelo vinílico? A continuación te lo explicamos.
La instalación, con lamas autoadhesivas o ‘en clic’
A la hora de instalar suelo vinílico hay que tener en cuenta que se puede realizar en dos formatos. O bien con losetas y lamas autoadhesivas, o bien con lamas ‘en clic’.
Lamas autoadhesivas
Antes de comenzar a instalar suelo vinílico con lamas autoadhesivas sobre una superficie, el suelo debe estar nivelado y se debe cumplir el requisito de que no sea poroso. De esta forma se garantiza la adhesión. También debe planificarse antes de comenzar cuál será el orden de colocación de las losetas.
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Desde el centro hasta las paredes. En el centro de la habitación haz una señal que te sirva de referencia y después, con un metro, ve trazando las líneas que delimitarán dónde se irán colocando las primeras lamas. Comprobarás que éstas tienen una película que puedes retirar y que puedes ir pegando las lamas una por una con facilidad.
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Cortar las lamas. Cuando te aproximes a las paredes llegará el momento de cortar alguna de las losetas. Para hacerlo bien, cuando alcances la penúltima fila, sitúa la loseta sin retirar la película que protege la parte adhesiva. Sitúa encima otra lama de manera superpuesta, que toque el tabique. En la loseta inferior haz una señal para indicar a qué altura queda el borde de la lama superior. Después quita las dos y secciona la lama que has marcado para después colocarla en la última fila, tocándose con la pared, no sin antes colocar la penúltima lama donde corresponde.
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El rodapié. Tanto los perfiles como el rodapié se colocan en el último lugar de todo el proceso, más con un componente estético que funcional, ya que el suelo de vinilo apenas sufre dilataciones.
Lamas ‘en clic’
Este tipo de instalación es más ágil que la que se realiza con lamas autoadhesivas. Excepto encima de alfombras o moquetas, pueden colocarse encima de cualquier superficie y además tienen la ventaja de que, si tienen 5 milímetros o más de espesor, no requieren de nivelación de la superficie.
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La preparación. Asegúrate de que no queda polvo en la estancia y limpia y seca el suelo antes de comenzar la instalación de este tipo de lamas.
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De izquierda a derecha. La instalación de las lamas debe seguir ese orden. En la mayoría de los casos la colocación se hace en el sentido en el que entra en la estancia la luz natural, aunque no es una regla inamovible.
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Comienza a instalar las lamas fila a fila, insertando el borde de unas en otras hasta que escuche el ‘clic’ que da nombre a este tipo de instalación.
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Cuando llegues a la pared, se recomienda dejar un espacio de separación de 5 milímetros con la última lama. Coloca los perfiles de desnivel y transición, además de los rodapiés, lo que dará un efecto profesional a toda la instalación.
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