Tipos de calefacción económica: acierta en tu elección
¿Caldera, suelo radiante, aerotermia...? Las numerosas opciones entre las que podemos elegir a la hora de calentar nuestra vivienda cuando bajan las temperaturas hacen que en muchas ocasiones no sepamos por cuál decantarnos de entre todas ellas. Después de conocer los tipos de calefacción y su relación de costes, es importante destacar que cada sistema de calefacción tiene sus pros y sus contras, ya sea por el precio de instalación, por sus prestaciones, por su vida útil o por su consumo. Aunque no existe la calefacción perfecta, sí que hay algunas que sobresalen por encima de la media por su bajo precio. En este artículo vamos a centrarnos en dos tipos de calefacción económica que ofrecen un gran rendimiento a bajo precio; la aerotermia y la biomasa.
La aerotermia, la más eficiente
El sistema de calefacción por aerotermia, una bomba de calor que además de calor en invierno aporta frío en verano, y es capaz de calentar el agua, puede reducir el precio de calentar un hogar hasta alcanzar los 0,05€/kwh. Esto lo logra convirtiendo en energía térmica la energía eléctrica. A diferencia de los radiadores o calentadores eléctricos, con un equipo que tenga una ‘A’ de clasificación energética, el rendimiento suele cifrarse entre el 250 y el 350%.
El hándicap con el que se encuentra la aerotermia es el coste de su instalación, que disuade a muchos usuarios a la hora de apostar por ella. A pesar de ello, es más que recomendable porque con ella solo hay que pagar por el consumo eléctrico, su instalación y mantenimiento son sencillos y, sobre todo, supera con creces en rendimiento a las calefacciones de fuel-oil, gasoil, gas y otros combustibles, como el propano.
Biomasa, con combustibles renovables
La calefacción por biomasa suele figurar entre los tipos de calefacción económica por antonomasia. El principal argumento a su favor es que emplea para la combustión leña (en forma de pellets) y residuos biológicos y orgánicos de muy diverso tipo, como cáscaras de frutos secos, huesos de aceituna, etc. Éstos se pueden obtener a muy bajo precio, ya que se trata de elementos destinados a su eliminación y que, de esta forma, se vuelven a aprovechar.
Su fin es acabar convertidos en calor y en cenizas. Otros tipos de calderas, como las que utilizan gas, generan más poder calorífico que las calderas de biomasa, que en muchas ocasiones para equipararse en rendimiento pueden requerir el doble de quema de material de residuos. Sin embargo, aún así la biomasa es una fuente económica de calefacción, con la máxima exigencia de respeto al medio ambiente.
La eficiencia, fundamental
Cuando hablamos de tipos de calefacción económica debemos tener presentes que el uso que hagamos del sistema que tenemos a nuestra disposición es el que más va a influir en ese control del gasto. La eficiencia es la llave para obtener interesantes prestaciones sin que la factura a final de mes se dispare.
Utilizar termostatos y programadores, así como mantener una temperatura constante durante todo el periodo de uso de la calefacción, favorecerá que el gasto sea moderado. También contribuirá a ello un buen aislamiento tanto de puertas como de ventanas y, en general de todo punto de la vivienda por el que pueda escapar el calor y penetrar el frío.
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